003 Estructura Política Federación ⚖️
La estructura política de la Federación se basa en el modelo andromedano de una sociedad holística. Algunas la llaman “sociedad holográfica”, pero ese término no es del todo correcto. El sistema funciona a través de consejos. No hay presidentes, ni parlamentos. Se reúne un grupo de personas —de una o varias razas— para discutir un tema y llegar a un consenso.
Las reuniones suelen realizarse en mesas redondas o en círculos de sofás, donde todos puedan verse y participar en igualdad. Lo importante no es el lugar, sino que puedan dialogar con efectividad. En cada consejo hay expertos en el tema a tratar y también consejeros políticos más estables que moderan y guían la conversación. El objetivo es encontrar una solución desde la lógica, la ética y el bienestar común.
Un punto importante: no hay votaciones. Este no es un sistema democrático. En las sociedades holísticas, votar se considera un método arcaico y hasta peligroso. Las decisiones no se toman por mayoría, sino por razonamiento lógico. ¿Por qué? Porque una mayoría puede estar equivocada o guiada por intereses dañinos. Imaginen que 45 de 50 personas votan a favor de algo negativo, como la pedofilia. El simple hecho de que ganen por número no significa que sea lo correcto.
En estos sistemas, cualquiera puede asistir a un consejo local si quiere participar, incluso los niños. De hecho, su participación en estas reuniones forma parte de su educación.
El sistema de consejos es escalonado. Comienza en lo local y va subiendo de nivel según la magnitud del problema. Si un consejo local no puede resolver algo, lo eleva al siguiente nivel, que abarca una región mayor. Y así, hasta llegar al Alto Consejo que vela por planetas enteros o civilizaciones completas.
La Federación Galáctica funciona exactamente así. En el caso de la Tierra, el primer consejo está en la Antártida, probablemente en una base subterránea. Allí se produce el contacto directo entre razas estelares y humanos —aunque solo con el nivel títere: políticos humanos, sociedades secretas y el cabal.
Las razas estelares que actúan abiertamente allí son los Alfrateanos (también conocidos como Centauri) y los Antarianos. Pero sabemos que otras razas, menos transparentes, también tienen influencia. ¿Qué hacen ahí? ¿Qué quieren? No lo sabemos con certeza, y cualquier intento de investigar ha sido bloqueado o desviado con burocracia. Eso da lugar a especulaciones y dudas.
El siguiente nivel es el consejo ubicado en la nave biosfera Andromedana, esa gran nave en forma de flecha que permanece oculta detrás de la Luna. Ese es el cuartel general de la federación local desde hace siglos. Ahí se reúnen, por ejemplo, los Andromedanos y los Arcturianos. Las reuniones suelen ser los sábados, lo que puede parecer curioso, pero tiene sentido: como tratan asuntos terrestres, usan un calendario sincronizado con el nuestro.
Mi percepción de ese consejo es positiva. Son personas empáticas, inteligentes, y realmente quieren ayudar. Pero también han expresado frustración. Dicen que tienen las manos atadas y que no pueden hacer más porque las órdenes deben venir de más arriba. Su rol es más bien asesor.
El siguiente nivel está en el sistema de Saturno —en sus anillos, lunas, o también en grandes naves biosfera. Este consejo solar toma decisiones que afectan a todo el sistema. La información sobre este nivel es escasa. Incluso los representantes de la Viera dicen que no tienen detalles. Solo afirman que son razas positivas y cooperativas.
Pero aquí tengo que ser sincera: todo lo relacionado con Saturno está rodeado de misterio. Y eso no es casualidad. El cabal humano está obsesionado con Saturno. Basta ver sus símbolos: logotipos con anillos, cubos negros por todas partes… La conexión es evidente. El cubo tiene seis caras —símbolo saturnino por excelencia. No digo que todo en Saturno sea negativo, pero algo turbio está pasando ahí. Si no, ¿por qué tanto secreto?
Más allá del nivel solar, los consejos se forman cuando es necesario, y reúnen representantes de cada planeta o sistema afectado. Cuanto más grande el problema, más alto se escala. Y sí, la Federación es inmensa. Donde hay una estrella, hay alguna forma de su presencia.
Visto desde fuera, la Federación Galáctica parece una organización admirable: cooperación entre razas, seguridad, orden… Por eso muchos en la Tierra, sobre todo en círculos de la Nueva Era, la idealizan. La ven como una entidad casi divina, compuesta por seres de luz.
Pero cuando uno investiga a fondo, la historia cambia. En cada nivel hay luces… y sombras. Hay burocracia, ineficiencia, y decisiones que no siempre reflejan lo que uno esperaría de una organización tan avanzada. Muchos humanos proyectan en la Federación la esperanza de un salvador, pero esa necesidad los vuelve vulnerables ante verdades incómodas.
Si la Federación es tan amorosa y poderosa… ¿por qué tarda tanto en “liberar” la Tierra? ¿Liberarla de quién? ¿Por qué no actúan con más decisión? ¿Cuál es su agenda real?
La Federación también tiene un lado oscuro. Y en futuras entregas compartiré ejemplos concretos. No con intención de culpar a nadie en particular, sino para seguir explorando este tema tan complejo.