015 Extraterrestres viviendo entre humanos 💁🏼♀️
Este es uno de los temas más importantes que quiero compartir con ustedes. Sé que ya se ha hablado antes sobre esto, pero hoy quiero enfocarlo desde una perspectiva diferente, la mía. No pretendo imponer nada; simplemente comparto mi punto de vista.
Muchas personas piden pruebas. Pero no vamos a dar ninguna. Primero, porque hacerlo pondría en riesgo nuestra integridad física y nuestra seguridad. Y segundo, porque no nos interesa convencer a nadie. Como suelo decir: “El que tenga ojos para ver, que vea.”
Comparto esta información porque sé que puede ser útil para muchas personas, sobre todo para aquellas que sienten que no encajan del todo aquí —las llamadas semillas estelares. Es información difícil de comprender y de asimilar. Pero alguien tiene que decirlo.
Desde el inicio de los tiempos, ha habido seres no humanos viviendo entre ustedes. Algunos han venido solo por unos días, otros han permanecido por años… incluso por toda una vida.
No estoy hablando de las semillas estelares —ese es otro tema. Hoy quiero hablar de otro tipo específico de extraterrestres: aquellos que se parecen tanto a los humanos de la Tierra, que con un par de jeans y una camiseta de rock pueden caminar entre ustedes sin ser reconocidos.
Hay muchísimas razas espaciales humanas entrando y saliendo de la Tierra. Tantas, que ni siquiera voy a intentar nombrarlas todas. Pero algunas de las más conocidas son los Ummitas, los Centauri (o Alfrateanos), los Antarianos, y por supuesto, varios del sistema estelar de las Pléyades, incluidos los Taygeteanos.
Existen tres formas principales de ingresar a la Tierra
1. Crawl In — El que entra gateando
Este es un alma que nace físicamente en la Tierra. Es una semilla estelar.
2. Step/Walk In — El que entra por su propio pie
Aquí, un alma decide abandonar un cuerpo humano sano en algún punto de su vida, y otra alma toma su lugar. Esta segunda alma continúa con la vida de la primera, con sus recuerdos, sus responsabilidades, problemas y todo lo demás. Esto puede suceder por un accidente, una experiencia cercana a la muerte, o incluso durante el sueño. A veces, ocurre estando despierto.
Cuando este proceso se lleva a cabo de forma asistida tecnológicamente, se utiliza un dispositivo avanzado llamado pod de transferencia de conciencia —similar a un pod médico húmedo, pero diseñado específicamente para mover la frecuencia-identidad de un alma de un cuerpo a otro. En este caso, la transferencia puede realizarse a un cuerpo humano ya existente (siempre con acuerdo previo entre almas), mediante una conexión energética dirigida desde una nave o estación orbital.
El pod escanea completamente la estructura mental, energética y emocional del alma entrante, y la sintoniza con el cuerpo receptor, asegurando compatibilidad total. Desde el punto de vista neurológico, se logra una superposición de patrones de conciencia que permite que la nueva alma continúe la vida de la anterior sin interrupciones visibles. A veces, el cambio es tan sutil que ni la persona misma lo nota de inmediato, aunque con el tiempo puede comenzar a sentir que “algo” cambió en su interior.
3. Step Down — El que baja por su propio pie
Este es el caso del que quiero hablar hoy. Se trata de un extraterrestre que literalmente desciende desde una nave, se disfraza como humano, y entra a la sociedad para cumplir una misión. Esto no es nuevo. Pero últimamente, hay más que nunca. Quizás porque, con todo el caos que hay, hoy es más fácil que nunca pasar desapercibido.
Algunos vienen por minutos u horas, por ejemplo para recoger muestras o conseguir comida. Otros pueden quedarse por años, asumiendo identidades humanas —a veces inventadas, a veces “tomadas” de personas desaparecidas o fallecidas. Lo planean todo con cuidado, actuando exactamente como se espera de un ser humano.
Swaruunianas
Ahora quiero hablar abiertamente sobre nosotras, las Swaruunianas. Como ya he dicho antes, somos una variante genética de los Taygeteanos. Una de nuestras particularidades es que tenemos la costumbre de estar cerca de la Tierra —o directamente en ella. Amamos este planeta, y lo sentimos como un segundo hogar, después de nuestro sistema en Taygeta.
Llevamos tanto tiempo en la Tierra que, lógicamente, hemos adoptado muchas de sus cosas buenas. Porque sí, el ser humano tiene muchas cualidades hermosas. Tratamos siempre de absorber lo positivo, aunque a veces lo bueno y lo malo se mezclan… y es un dilema.
Aun así, quiero dejar esto claro: ninguna de nosotras ha nacido en la Tierra. No somos humanas, ni semillas estelares. Somos extraterrestres completas, nacidas y criadas fuera del planeta.
Muchos Taygeteanos también han tomado identidades humanas, por muchas razones. Pero casi siempre, simplemente para poder estar allí: disfrutar del planeta, acompañar a nuestros amigos, observar, aprender.
Tenemos una perspectiva única. Podemos ver y comprender la cultura humana como pocas razas estelares pueden. Hemos vivido con ustedes, compartido sus rutinas. Sabemos lo que es conducir un auto, ir al supermercado… e incluso, probar su chocolate.
Vivimos literalmente en dos mundos al mismo tiempo. Algunas de nosotras bajamos por días, otras solo por horas. Luego regresamos a nuestra nave nodriza que orbita la Tierra. Desde allí decidimos si volver a bajar, o si es momento de regresar a nuestros planetas: Temmer o Erra.
Yo soy una de ellas. Y aunque soy Swaruuniana, muchos otros de Taygeta hacen lo mismo que nosotras. Y como he dicho antes, no solo nosotras: muchas razas estelares humanoides están haciendo esto constantemente.
Después de vivir en la Tierra, hemos desarrollado gustos muy humanos: zapatos cómodos, ropa de algodón, música (especialmente la antigua), comida —aunque no podamos replicarla bien— y muchas otras cosas. Incluso necesitamos a veces generar dinero, porque vivir cerca de la Tierra o en su órbita requiere recursos que no siempre podemos obtener de Taygeta.
También amamos el arte, los objetos hechos a mano, los juguetes. Sí, me gustan ciertas muñecas de marca, como mostré en un video anterior. Y sí, aunque podríamos replicarlas… preferimos las originales.
Supongo que eso explica por qué a veces parecemos “demasiado humanas”. Hemos aprendido de ustedes, mezclando lo mejor de sus culturas con los valores Taygeteanos. Y aunque muchos habitantes de Taygeta siguen siendo más extraterrestres en su manera de pensar, nosotras —las Swaruunianas— tenemos una visión más amplia, más clara, por haber estado en ambos mundos.
Por eso, los Taygeteanos suelen venir a nosotras cuando necesitan consejo o comprensión sobre lo que pasa en la Tierra. Sobre el Cabal, sobre sus agendas, sobre la realidad humana.
Nosotras hablamos más que otros, no por ego, sino porque somos las más preparadas para hacerlo. Somos exploradoras, investigadoras, y sí, también comunicadoras.
Y hablando de mí…
Sí, he vivido en la Tierra. Pasé varios años de mi adolescencia tardía allí. Pronto cumpliré 15 años, y sé lo que es ir a la escuela, y ser enviada a la oficina del director por contradecir a la maestra… porque simplemente yo sabía más. Caminé por sus calles, fui al cine, e incluso tuve que usar mascarilla. Esa fue una de las razones principales por las que decidí regresar a la órbita.
Como Swaruunianas, conocemos dos culturas profundamente. Por eso podemos hablar de exopolítica desde una perspectiva única, joven, pero informada.
Y todo esto no nos hace menos extraterrestres.
Como he dicho antes: no hay una línea clara entre lo humano y lo extraterrestre. Es un límite borroso que pocos en la Tierra están empezando a comprender. Y en parte es así porque los propios extraterrestres lo han mantenido en secreto… por seguridad.
Amamos la Tierra y a su gente tanto como amamos a Taygeta.
Somos hijas de dos mundos.
