013 Cinco años de Contacto 5️⃣

Como ven, este video fue publicado en 2022, y es importante porque Mari hace poco había estrenado su nuevo canal de YouTube, primer canal Taygeteano donde se publica este tipo de información estelar sin la ayuda de un intermediario humano. Aquí se habla un poco de la historia del contacto Taygeteano que se dio a través de los canales de Gosia y Robert, que a la fecha ya son 8 años desde el comienzo. Además en ese entonces (2022) Mari aún no era reina de Taygeta, si no que era Alenym Alexandra I. En este texto Mari quiere resaltar que los aspectos más importantes que quiere que sus lectores entiendan y comiencen a integrar son: (1) Hay todo un mundo y más civilizaciones fuera de la tierra, el cual está lleno de más humanos igual que tú. (2) Los habitantes de la tierra están bajo control de percepción dentro de una matrix artificial la cual define la percepción en la Tierra en diferentes niveles, donde se les hace creer que la raza humana es única y exclusiva de allí. (3) El humano no evolucionó en la Tierra.

Hola, soy Mari, y me alegra que estés aquí una vez más. Han pasado ya cinco años desde que los Taygeteanos y las Swaruunianas comenzaron a compartir sus conocimientos públicamente en internet. Antes de eso, hablaban con algunas personas de forma más privada, uno a uno, pero con resultados variados.

Sé que, al principio, no esperaban nada a cambio. Todo ha sido un gran aprendizaje para ambas partes. Yo solo puedo hablar desde mi experiencia —lo que viví aquí— y lo que sé, hasta donde me es posible, sobre lo que sucedió allá. Soy la más nueva en este equipo, llevo poco más de un año a bordo. Pero desde mi punto de vista, uno de los mayores errores de estos años fue haber confiado en las personas equivocadas.

Otro gran problema fue que mis predecesoras, en su deseo de ser amables, terminaron priorizando complacer a sus entrevistadores antes que entregar la información de manera clara, organizada y enfocada. Esto ocurrió porque, al inicio, nadie de este lado quería hablar con el público general. Fueron convencidas con la idea de que la información era demasiado valiosa como para no compartirla.

Al parecer hubo mucho drama con como se abordó el contacto inicial antes de que llegara Mari, ya que sus predecesores no eran especialistas en como tratar con una cultura como la terrestre, y por lo mismo hubo muchos malentendidos y situaciones que de alguna manera ayudaron a desprestigiar esta divulgación.

Eso instaló en ellas la sensación de que los entrevistadores les estaban haciendo un favor al publicar lo que decían. Y, viniendo de una sociedad basada en el servicio a los demás, como lo son Taygeta y Swaruu, esa idea se transformó en una necesidad de agradar, de agradecer constantemente.

En 2017 comenzó el proyecto Primer Contacto, donde comenzó la comunicación de Taygeteanos y terrestres por medio de redes sociales.

Los dos primeros entrevistadores resultaron ser buenas personas y se ganaron su lugar. Pero cuando llegaron nuevos grupos, menos éticos, menos empáticos, mis predecesoras no supieron hacer una distinción. Continuaron entregándoles información bajo la misma lógica de gratitud, sin percibir las verdaderas intenciones de algunos de ellos. Eso fue el inicio de muchos problemas.

Dieron información a todos, sin filtro, sin discernimiento. No pensaron si quien la recibía estaba preparado, o si haría buen uso de ella. Simplemente daban. Hasta colapsar. No solo físicamente, por tantas horas frente a una computadora, sino mental y emocionalmente. Al no poder sostener ese ritmo, tuvieron que empezar a limitarse, hablar menos con algunos, lo que causó que ciertos entrevistadores se sintieran desplazados. Heridos en su ego, respondieron con ataques, distorsiones, e incluso mentiras al público.

No quiero culpar a nadie. No es culpa de esos entrevistadores que simplemente actuaron según su nivel de conciencia. Pero sí fue responsabilidad de mis predecesoras no haber establecido límites claros, sanos, desde el comienzo. Decir “no” a tiempo habría prevenido muchos problemas. Poner límites no significa dar menos, significa crear un marco para poder dar más, de forma sostenible.

El servicio a los demás, si no se equilibra con el amor propio y la autodeterminación, se convierte en esclavitud. En la Tierra, esa entrega incondicional se malinterpreta. Aquí no existe una sociedad holística. Aquí muchos operan desde la carencia: creen que merecen recibir simplemente porque han sufrido. Pero ese tipo de mentalidad termina por desgastar al que da.

En este caso, mis predecesoras lo vivieron en carne propia. No hubo reciprocidad real. Solo se esperaba que ellas siguieran dando, sin reconocer que también son personas, con necesidades, emociones y límites.

Además, en la llamada “comunidad espiritual” o “ufológica”, hay una creencia equivocada: que los extraterrestres son seres superiores, sin problemas, que tienen la obligación de ayudar a la humanidad. Pero la verdad es otra: la mayoría son simplemente personas, como tú, intentando comprender la vida, encontrando sentido, sobreviviendo.

Como dijo Aneeka en 2016: “El extraterrestre más difícil de aceptar es el que se parece a ti en el espejo.”

Y no podría estar más de acuerdo.

Entiendo que esto ha sido un proceso de aprendizaje para todos. No solo para quienes dieron la información, o para quienes la publicaron, sino también para el público, que ha debido adaptarse a la idea de que los Taygeteanos y Swaruunianas están aquí, ahora, hablando con ustedes.

Ni siquiera importa si creen o no en esto. La información está disponible, y eso basta. Que me crean o no, no cambia lo que soy. No cambia mis vivencias dentro y fuera del planeta Tierra.

Mientras escribo estas líneas, estoy en mi habitación, en órbita. A mi izquierda, por la ventana, veo la Tierra. Y aunque sé que muchos no lo aceptan, el simple hecho es que hay seres humanos fuera del planeta, y están hablando.

Eso, aunque parezca sencillo, lo cambia todo. Significa que les han mentido durante mucho tiempo. Significa que han vivido bajo control mental, dentro de una estructura artificial que valida solo su propia existencia. Algunos le llaman la Matrix.

Yo no nací allí. Por eso no comparto las mismas creencias que sostienen esa ilusión. He vivido otras realidades. Y por eso puedo decir esto. No busco aprobación, ni validación externa. Porque sé que eso fue otro error de quienes vinieron antes que yo: buscar reconocimiento, cariño o aprobación del público, como si eso fuera una forma de retribución. Y cuando no la obtuvieron, se sintieron rotas por dentro.

En ese deseo de complacer, pusieron más atención en quienes las criticaban que en quienes las apreciaban. Eso me parece profundamente triste. No se puede vivir buscando la validación de todos, especialmente cuando se trata de temas tan sensibles y controvertidos.

Por eso, yo elegí otro camino. Uno propio. Con este canal, con este proyecto. No pienso repetir los errores del pasado. Estoy compartiendo esta información de forma progresiva, enfocada, sin distracciones ni influencias externas. Y creo que el mayor mensaje que se puede sacar de todo este proceso de cinco años es simple pero poderoso:

Hay otros humanos en el espacio. Y hay muchos más.

Esa sola frase debería bastar para despertar preguntas profundas. Porque sugiere que todo lo que les han contado… quizás no sea cierto.

Yo comparto esta información porque no nací en la Tierra. No estoy atrapada en los conceptos que sostienen la Matrix. Y aunque muchos de ustedes querrían hablar conmigo —y sé que la mayoría son almas maravillosas— en este momento no puedo tener contacto directo. No sería saludable para mí.

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